Uno de los estilos de cocina que está ganando más adeptos en los últimos tiempos son las cocinas blancas: son luminosas, higiénicas, visualmente ligeras y tienen la ventaja de ser atemporales, ya que el blanco no pasa de moda. Además, si le sumas que el color blanco combina bien con cualquier tipo de estilo decorativo y te permite combinar cualquier tonalidad en paredes y suelos, no dudarás en apostar por la ausencia de color para diseñar tu nueva cocina.
A continuación te damos las claves para revestir un espacio de cocina blanco y te damos cinco ideas para sacar el máximo partido a tu espacio.
1. Azulejos blancos
Sin duda los azulejos blancos son una fantástica opción para crear espacios amplios y luminosos. Los azulejos blancos no solo tienen la capacidad de agrandar el espacio porque reflejan mejor la luz que los de tonalidades oscuras, sino que también permiten ceder protagonismo a otros elementos como los electrodomésticos o la encimera de cocina, cada vez más importantes en la estancia. Puedes encontrar azulejos blancos en una gran variedad de acabados, medidas y texturas, para aportar diferentes personalidades a la estancia.
Colección ANDES de Colorker
Elige el formato más adecuado
El uso de baldosas de gran formato en las cocinas es una tendencia que ha ido ganando popularidad durante los últimos años, ya que la ausencia de juntas y la sensación de continuidad ayudan a crear espacios más luminosos e higiénicos. Estas baldosas se integran muy bien en proyectos minimalistas por dar mayor sensación de amplitud y contribuir a cincelar espacios simples y sofisticados.
Otra tendencia en auge es el empleo de azulejos de formato pequeño, ideales para proyectos rústicos, vintage o incluso diseños industriales. Puedes encontrar estas pequeñas baldosas disponibles en muchas medidas y acabados, aunque entre las opciones más populares se encuentran las baldosas de tipo metro y las inspiradas en los baldosines tradicionales.
Azulejos blancos, ¿brillo o mate?
Los azulejos brillantes tienen la capacidad de reflejar la luz y dar mayor sensación de amplitud. Además su aspecto es muy higiénico y se limpian con gran facilidad. Pero en muchas ocasiones los azulejos blancos no son ni la única ni la mejor opción. Los azulejos mates o satinados -estos últimos cuentan con un ligero brillo- ofrecen un look más moderno y aportan mayor serenidad a la estancia. Y en el caso de los suelos, por lo general, los mates se suelen limpiar con mayor facilidad.
2. Luces y sombras: azulejos con vida propia
La principal ventaja de los azulejos es que protegen la pared de golpes y salpicaduras, además son fáciles de limpiar y mantener. Otro punto a favor de revestir las paredes de tu cocina con cerámica es que te permiten personalizar al máximo tu espacio, incluso cuando predomina la ausencia de color. Por eso, si has decidido acompañar tu mobiliario de cocina con azulejos blancos, los volúmenes son unos excelentes aliados.
La cerámica se ha convertido en una auténtica experiencia al tacto y a la vista, ya que el desarrollo tecnológico permite diseñar gráficas con volúmenes. Puedes elegir entre decoraciones onduladas, lineales o cuidados relieves. Aunque utilices azulejos de color blanco para revestir tus paredes darle un toque sofisticado es tan sencillo como combinar azulejos con relieves pronunciados e instalar luces LED en la parte inferior de los módulos. Esta combinación te permitirá jugar con la iluminación y potenciar las texturas y relieves de la cerámica, creando una atmósfera idónea para acentuar la convivencia de luces y sombras.
Colección ANDES de Colorker
3. Originalidad: colocación sin límites
Existen muchas formas de colocar baldosas y algunas de ellas son extremadamente creativas. Para frontales de cocina puedes apostar por patrones de colocación geométricos como la colocación trabada, la línea cruzada o la tan de moda colocación en espiga, patrones de colocación que agregan una nueva capa de profundidad en cocinas revestidas con baldosas de formato pequeño.
Si apuestas por baldosas de tamaño grande te recomendamos la colocación alineada, ya que esta forma de colocación se puede realizar en vertical o horizontal y sirve para potenciar la sensación de amplitud de tu cocina en función a su distribución. Recuerda que otra manera de personalizar el acabado de tu pared es elegir un mortero de junta de color, como te explicábamos aquí.
Colección BOHEMIA de Dune
4. La calidez de la madera: dale un toque orgánico
Por su potencial para atraer la luz, la mayoría de mobiliarios de cocina que se eligen hoy en día son de color blanco. Pero, ¿qué tal dotar a tu cocina de matices orgánicos? La fusión de tonos blancos con matices orgánicos de madera dará a tu cocina un aspecto moderno y cálido, creando un espacio todavía más vivo y confortable. Y es que en las cocinas blancas es muy sencillo integrar sutiles elementos cálidos en elementos como el suelo, las paredes o incluso los frentes del mobiliario.
Colección VERBIER de Peronda
5. La pureza del mármol
La belleza de los azulejos efecto mármol son una de las opciones más demandadas en espacios de cocina. Son elegantes, naturales y, a diferencia del material original, no tienen ningún tipo de mantenimiento. Otra de las ventajas de utilizar baldosas imitando al mármol natural es que también se puede utilizar para revestir encimeras, suelos e incluso puedes utilizarlo para integrarlo en parte del mobiliario de la cocina.
Colección PRALINE de Museum Surfaces
Ya has visto que una cocina blanca no tiene por qué ser aburrida. Puedes jugar con los relieves, la iluminación o la forma de colocación de la cerámica. Además, siempre puedes agregar elementos cálidos para conseguir más confortabilidad, incluso en los espacios más minimalistas.
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