Instalar suelos laminados en patrón de espiga puede parecer complicado, pero con las herramientas adecuadas y siguiendo los pasos correctos, puedes conseguir un acabado profesional y elegante en tu hogar. A continuación, te ofrecemos una guía detallada para que puedas realizar esta tarea con confianza.
Preparación del soporte antes de instalar el suelo laminado
Antes de comenzar con la instalación, asegúrate de que el soporte esté limpio, seco y nivelado. Utiliza una cinta adhesiva para marcar el área de instalación y verifica que el suelo no tenga más de medio centímetro de diferencia en nivelación.
Replanteo de las juntas de dilatación
Es importante tener claro las juntas de dilatación que debemos dejar, tanto las juntas perimetrales como las del propio suelo. Estas juntas permiten que el suelo se expanda y contraiga con los cambios de temperatura y humedad, evitando que se levante o se dañe.
Instalación de la base aislante
El primer paso es colocar la base aislante. Extiendela sobre el suelo, asegurándote de que suba por la pared lo suficiente para evitar problemas de electricidad estática. La base aislante actúa como barrera de vapor, lo que protege el suelo laminado de la humedad. Recuerda solapar la manta al menos 6 centímetros para garantizar una instalación adecuada. Utiliza cinta adhesiva para fijar la base aislante y evitar que se mueva durante la instalación.
Colocación de suelos laminado con patrón de espiga
Existen dos tipos de colocación: a 90º y a 45º. La diferencia entre ambos radica en la orientación del patrón de espiga: a 90º, las lamas se colocan perpendicularmente a la pared, mientras que a 45º, se instalan en un ángulo diagonal. Ten varios paquetes abiertos a tu alrededor para elegir las lamas. Esto ayuda a mezclar tonos y texturas, creando un acabado más uniforme.
Instalación de las tres primeras filas
Es importante recordar que este tipo de suelo laminado se divide en dos tipos de lamas diferentes, que a partir de ahora llamaremos lamas A y B. Uno de los retos de este tipo de colocación es el inicio con las tres primeras filas. Para ello, deberás crear un triángulo con tres piezas A y B y cortarlas en línea recta con una sierra de mano o una sierra circular. Una vez que tengas todos los triángulos formados por las tres lamas cortadas, deberás pegarlos entre sí con adhesivo. Luego, empujarlos hacia la pared, respetando la junta de dilatación perimetral.
Colocación del resto de las lamas
Una vez colocadas las tres primeras filas, podemos continuar con la instalación sin necesidad de adhesivo. Sigue añadiendo filas de tablas, manteniendo el patrón de espiga y utilizando juntas de dilatación en todo el perímetro hasta completar toda el área del suelo.
Recuerda dejar una junta de dilatación suficiente entre el suelo y la pared para evitar problemas de levantamiento. Normalmente, con 10 milímetros es suficiente, y esta separación quedará oculta con el zócalo.
Instalación de la última fila o relleno de los huecos
Una vez que hayas llegado al final de la pared, deberás rellenar los pequeños huecos que hayan quedado libres en el suelo. Para ello, corta las piezas a medida y pégalas entre sí para evitar movimientos y posibles daños posteriores.
Como has visto los suelos laminados en patrón de espiga puede transformar cualquier espacio, dándole un toque sofisticado y moderno. Siguiendo estos pasos detallados y utilizando las herramientas adecuadas, podrás disfrutar de un resultado profesional y duradero. No olvides que en Ferrolan estamos para ayudarte con todos los materiales y asesoramiento que necesites para tus proyectos de renovación.