

El suelo laminado roble lobo destaca por su tonalidad neutra y equilibrada, con un diseño de veta natural que aporta serenidad a los espacios. Se adapta fácilmente a estilos decorativos versátiles, desde ambientes más contemporáneos hasta estancias rústicas o acogedoras. Su construcción con placa HDF de alta densidad le otorga gran estabilidad, mientras que su grosor de 8 mm con clasificación AC4 lo hace resistente al tráfico habitual de hogares y oficinas. La instalación es rápida y limpia con el sistema Multiclic, y su protección AquaStop permite resistir el agua durante 4 horas. Con resistencia al impacto IC3, clasificación al fuego Cfl-s1 y superficie antibacteriana, este suelo combina estética y prestaciones técnicas de primer nivel.